Externalizar o integrar la actividad de I+D

En estos tiempos en los que la palabra inversión hacer saltar las alarmas de más de uno, y la reducción de costes está en boca de todos, el debate externalización o integración de procesos de la empresa está de plena actualidad. En el caso de un grupo empresarial, como el Grupo Isastur, se añade el matiz sobre la conveniencia o no de integrar ciertos servicios a nivel de los diferentes negocios.

La innovación no es ajena a este debate. Con la acepción formal del término innovación, se diría que nadie puede innovar por ti, dado que por definición innovar es poner algo nuevo al mercado. O lo haces, o no lo haces. Sin embargo, considerando el ciclo completo de la innovación, que empieza por las ideas y acaba con nuevos productos y servicios en el mercado, sí que hay muchas cosas que otros pueden hacer por nosotros.

IDI MUÑECOS

Pero, ¿No es una locura externalizar la I+D? ¿O acaso es la única alternativa posible a mantener un costoso Departamento de I+D? La respuesta es no, y no. Lo que es una locura es no hacer I+D por considerar que para ello es necesario tener un Departamento de I+D que para sí lo quisiera la NASA. La misma respuesta aplica a la centralización de la actividad de I+D en un grupo empresarial.

Como en tantas cosas, tampoco se trata de abrazar ciegamente la externacionalización. Externalizar la I+D simplemente es una opción. En general, para mantener una trayectoria innovadora, conviene integrar al menos ciertos procesos de la actividad de I+D. No es imprescindible jugársela a todo o nada. Muchas empresas, como el Grupo Isastur, han dejado atrás el concepto tradicional de Departamento de I+D, marcado por la idea de que la I+D debe de hacerse de puertas para dentro, o no hacerse. Estos Departamentos de I+D tienen una vocación doble, (i) ejecutar directamente las actividades de I+D más sensibles para la empresa, (ii) identificar nuevas oportunidades fuera de su alcance, y canalizarlas externamente. En línea con este segundo punto, las empresas del Grupo Isastur disponen de una serie de servicios corporativos de I+D como la Vigilancia Tecnológica o la Identificación de oportunidades, por mencionar algunos.

IDI CEREBROS

Casi no hace falta repasar las ventajas de externalizar la I+D: completar nuestras capacidades, técnicas o creativas, mejorar el ‘time to market’, o reducir costes. Claro que tiene sus riesgos. Aunque aparentemente la mayor dificultad está en crear un entorno de confianza, donde se respeten unas reglas básicas sobre la confidencialidad y el tratamiento de la propiedad intelectual, hay riesgos importantes en otros frentes. Los dos que más destacan son (i) las dificultades de comunicación y coordinación en un contexto, el de la innovación, que por naturaleza es muy cambiante, y (ii) la sobrevaloración de la faceta tecnológica frente a otros aspectos que afectarán al proceso de I+D: conocimiento del mercado, de los modelos de negocio, o de la regulación aplicable.

La diversidad de ‘proovedores’ es amplia, los Centros Tecnológicos son la opción preferida, porque muchos de ellos ya se han creado con esta misión, y en general suelen estar más cercanos a la mentalidad empresarial que otros agentes como Universidades, Institutos de investigación o Laboratorios de ensayos. Otra opción nada desdeñable es contar con una empresa de servicios (ingeniería o consultoría), aunque con cierta cautela, dado que en muchos casos, al no tratarse de profesionales de la I+D, podemos estar multiplicando alguno de los riesgos mencionados anteriormente.

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